Hace 81 años se llevó a cabo el rodaje de la película ‘La Isla del Misterio’ (1939, Punta Arenas-Chile), que marcaría el inicio de uno de los más prolíficos y desconocidos creadores cinematográficos de Latinoamérica. Hablamos del cineasta John Mc Beth Skirving Hardy (Glasgow, 1909).

Desde Chile, un proyecto de recuperación y escaneado de películas ha puesto de nuevo en valor su figura. Al frente y tejiendo memoria está Alberto Ojeda (productor, guionista, director, editor y co-propietario de Imágenes Patagonia). El cineasta, que cuenta con una extensa relación con la producción y dirección de películas, se estrenó con su primer largometraje a los 18 años.

¿En qué consiste este rescate cinematográfico? 

En la recuperación de mas de tres décadas de filmación anónima de ficción, documental y noticiarios del realizador John Mc Beth Skirving Hardy. Obras guardadas por los herederos del material fílmico, que datan de mediados de los años 30 hasta finales de los 60 y que estaban condenadas a desaparecer por el paso del tiempo. Decir rescate es salvar de una muerte segura a la historia y material fílmico registrado en él.

¿Cuál fue el germen creativo de este proyecto? 

El proyecto comenzó a mediados de los años 90, cuando yo iniciaba mis primeras películas y escuchaba hablar de los pioneros del cine latinoamericano, entre los que se coló por primera vez el nombre de Skirving. Fue sorprendente descubrir su tan extensa como desconocida carrera.

¿Quién fue John Skirving y por qué te interesa su figura?

John Skirving fue hijo de un ingeniero escocés que emigró hacia el extremo sur de Chile. Una zona donde el aislamiento y clima difícil ha servido de antesala a quienes forjaron las bases de la vida como hoy la conocemos. Allí llevó una vida de admiración y respeto y, entre muchas labores, destacó su trabajo cinematográfico. En su historia personal muchos realizadores independientes se sentirán identificados y admirarán su fértil legado de imágenes y sueños.

¿Qué tiene de especial este archivo?

‘La Isla del Misterio’ fue su primera película de ficción rodada en 1938. Cine mudo que años más tarde sería narrado por él mismo. Al año siguiente sorprendería con otro filme llamado ‘Fuerzas Ocultas’, una historia del bien y el mal con efectos visuales y ópticos muy adelantados para su tiempo. Nuestros recuerdos son la base de quiénes somos, se debe ser generoso y reconocer el legado de los maestros de antaño.

¿Resultó muy laborioso?

Cada película puede demorar entre 6 a 12 meses de recuperación dependiendo del metraje y estado del material fílmico.

Si se investigara más en cine, ¿nos sorprendería lo que se puede encontrar? 

Absolutamente. En estos momentos estoy a punto de terminar el rescate, restauración y masterización ‘Iván el Pirata’, un largometraje de 90 minutos y rodado en 1944, a base un equipo 100% voluntario. Algo que hoy sería muy difícil de replicar.

¿Es el trabajo de recuperación un trabajo de memoria colectiva?

Pienso que es esencial conocer el pasado para conocerse a sí mismo. Si cada uno de nosotros investigara sus propios orígenes, sabríamos mucho mejor de dónde venimos y cómo encarar el futuro. El cine nos ofrece en muchos casos una arquitectura del momento social, religioso y político. Puedo citar brevemente que Skirving registró la felicidad de los habitantes de la Patagonia y que ha quedado plasmada en la forma de ser que hoy nos encontramos.

¿Cuál es su mirada sobre el cine chileno y la actualidad del país?

Siempre he pensado que el cine chileno ha tenido enormes realizadores como Miguel Littin, chileno nominado 2 veces al premio Oscar y con quien he tenido la suerte de haber trabajado como asistente de producción en varios de sus filmes. También Raúl Ruíz, quien llegó a ser considerado un número uno en Francia. Me parece que ellos plantaron la semilla de una estructura narrativa y técnica muy cuidada. Hoy, las nuevas generaciones experimentan con ritmos de montaje más frenéticos y un nivel técnico más alto, pero beben de esta esencia. Aunque no es una sorpresa que el cine se ha visto golpeado por la situación actual, muchos están dispuestos a seguir luchando por hacer producciones de calidad. Porque no mencionar la reciente película “Pacto de Fuga” de David Albala, esto es admirable.

¿Puede profundizar en su conexión con España y Aragón?

Mi primer acercamiento con España fue al rodar ‘Tierra del Fuego’ en 1999 (co-producción España-Italia y Chile). En años más recientes estudié online mi maestría en guión y dirección cinematográfica en un centro aragonés (CPA Formación), ahí tuve la suerte de conocer mucho más acerca de los esfuerzos que existen en una comunidad como Aragón por crear una industria. Sin ir más lejos, ‘Planeta 5000’ es una prueba de ello. Además, en 2019 asistí a un campus formativo en Los Ángeles (California) organizado también por un proyecto español, Cineupdate. ‘Campus L.A.’, a cargo de José Ángel Delgado, me regaló una experiencia y compañeros de profesión como Máximo Pinilla. Lazos profesionales que han llegado para quedarse y estoy muy agradecido por todo eso.

Alberto Ojeda trabaja actualmente en publicidad cinematográfica para salas de cine, pero ya piensa en rodar, cuando la situación lo permita, un filme independiente cuya historia luzca y suene. Ese es su desafío para el futuro, que ojalá pueda concretarse con sus amigos José Ángel y Max. Sin duda, todos estamos esperando tiempos mejores para seguir haciendo realidad nuestros sueños.

Los primeros trabajos de Alberto Ojeda están disponibles en los siguientes enlaces:
‘Fuerzas Ocultas’: https://youtu.be/f9-TgiFqjBc
‘La Isla del Misterio’: https://youtu.be/kY-oRGahskY
Imágenes Patagonia: https://www.instagram.com/tv/CEnq3mfgl1h/?igshid=17f1set1z787q

Escaneado de ‘La Isla del Misterio’.