ENTREVISTA a David Raboy, director de The Giant.

Dentro de la sección New Directors del 67º Festival de Cine de San Sebastián encontramos la película The Giant. Una ópera prima misteriosa y visceral.

Sinopsis: En su día de graduación, Charlotte descubre que su primer amor ha regresado a su pequeña ciudad de Georgia por primera vez desde que desapareció el año anterior en mitad de un terrible trauma en su vida. Pero esa noche una chica de su edad es encontrada muerta, y después, otra. Algo terrible está sucediendo en el lugar y el último verano de Charlotte avanza hacia un final de pesadilla.

Hablamos con David Raboy, director de este thriller psicológico, rodeado de suspense y horror, que dota de gran importancia al aspecto más sensorial. Un viaje que comenzó en 2012 con un cortometraje y finaliza en este filme casi una década después.

¿De dónde surge este thriller psicológico? ¿Cuanto hay del cortometraje homónimo que realizaste en 2012?

El cortometraje de 2012 fue la primera idea sobre un sentimiento que yo quería cultivar. La versión larga llegó cuando estuve en el pueblo que crecí y en el que había habido 2 brutales asesinatos, uno de los cuales era amiga mía (una antigua compañera de colegio). Un par de años después, en el mismo pueblo apareció otra asesinada en la misma calle a plena luz del día y con un cuchillo. Realmente un enigma que me impactó mucho. El cortometraje se convirtió en una exploración de esa idea, de cómo un evento del azar puede afectar tu vida drásticamente.

Me interesaban las tensiones de la sociedad e incluso el abusos de sustancias que pueden llegar a alterar tu percepción y me di cuenta que el trabajo realizado en el corto no era suficiente, por lo que en los últimos 9 años he estado dándole vueltas.

The Giant es una película que dota de extrema importancia al planteamiento visual, ¿cómo define su estilo e intencionalidad?

Cuando hacía la peli sabía que el proceso de escribir se centraría en cómo identificar el sentimiento que poseía, un contraste entre las posibilidades de la vida y el terror, el azar. El estilo desarrollado en el corto ya fue un estilo de carácter intuitivo, a través de un forma muy visual, y esa fue la filosofía que queríamos mantener para la película. Continuar con esa atmósfera. 

Por el contrario, el argumento resulta bastante enigmático ¿te interesa la abstracción y falta de respuestas? ¿Buscas dejar a los espectadores en la oscuridad, como el ambiente de la película?

Era muy difícil explicar la idea de lo que queríamos hacer. La vida no se contiene a un principio, medio y final, sino que, como en la vida de Charlotte, es muy difícil saber cómo surgen estos problemas y cómo se van a resolver. En un nivel intelectual siempre hay preguntas que quedan en el aire, como en la vida real.

La intención es meterse del lleno en la película y sería ingenuo por mi parte dar todas las respuestas cuando está sucediendo algo tan visceral. Como cineasta pensé que había una forma de crear algo que diese la sensación de estar en la vida real. De crear un miedo generalizado, logrando sentir el miedo y melancolía de lo que Charlotte está pasando. Y ello, sin necesidad de dar todas las respuestas.

¿Cómo trabajó precisamente esos sentimientos con los actores?

A través de un proceso y una conversación larga. Todos llegaban al set sabiéndose el guion y conociendo una historia con trasfondo, pero también sabían de antemano que tendrían que colaborar para encontrar la forma de contar esta historia. “¿Cómo vamos a filmar esa escena y mostrar lo que se siente?, se preguntaban los actores». Queríamos que interpretaran siempre desde a perspectiva de cómo Charlotte les vería a ellos. 

Cuando se suceden varios asesinatos, el foco siempre permanece en la protagonista, Charlotte, ¿qué lectura debería sacar el espectador? 

Toda la película está basada en su experiencia, unas vivencias que ocurren y que, aunque no son el foco principal de tu vida, la marcan. La historia de Charlotte es la de una joven que quiere llevar una vida sencilla, pero que ha estado afectada siempre por cuestiones violentas. Y cuando estás viviendo en un pueblo que a priori no tiene que ser violento, desde luego, determina cómo el trato con la gente que te rodea. 
Existen muchas películas que tratan de asesinatos y que piensan en las víctimas como principales damnificados, pero yo quería mostrar qué se siente siendo la víctima.

¿Qué supone estar con tu ópera prima en un festival como el de San Sebastián?

Lo único que siento es gratitud, porque este proyecto es muy personal y doloroso, en ocasiones. Además, sé que no es como otras películas, que no se ajusta a los parámetros de los típicos thrillers americanos, lo que hace que mucha gente no la comprenda. Pero estoy realmente agradecido al festival por el interés mostrado por mi película. Bueno, y bastantes nervios, también tengo. 

David  Raboy (Washington D.C., 1989) estudió cine en la Tisch School of the Arts de la New York University. The Giant, su debut en el largometraje, se basa en el cortometraje homónimo que dirigió en 2012 y presentó en el Festival de Locarno.
Género: Terror |  Crimen