Fuego y reguetón son los princiapales ingredientes de la última película del chileno Pablo Larraín. El cineasta, conocido por títulos como ‘Jackie’, ‘No’, ‘El club’ o ‘Neruda’, se ha convertido en uno de los menos convencionales y más notorios de Latinoamérica.

El interés del director por retorcernos el alma y adentrarse en la cara más sórdida del ser humano, le lleva a plantarnos frente a una joven y atormentada pareja formada por Ema (Mariana Di Girolamo) y Gastón (Gael García Bernal), que acaban de devolver al hijo que ambos tenían en adopción, desencadenando en ella una auténtica fractura.

La protagonista es una bailarina millennial, casada con el director y coreógrafo de una compañía de danza contemporánea que, para recomponerse tras la traumática decisión, se aferrará a su cuerpo y a su juventud, elevando la maternidad y la libertad a lo largo de toda la película.

La actriz protagonista, Mariana Di Girolamo, logra ser dueña de sí misma y de su destino, en un esfuerzo permanente por intentar comprender su visión del mundo, alejada de los códigos tradicionales. El reguetón actúa como elemento vertebrador de un drama intenso, rodado en Valparaíso (Chile) y que cuenta con un Gael García Bernal desatado y encara los nuevos modelos familiares a golpe de autotune. 

Las luces de neón de las calles y apartamentos de la ciudad retratan una juventud indomable. El espacio urbano envuelve a una protagonista empoderada, que encuentra en un grupo de amigas su mejor apoyo y que, sin límites ni barreras, usa su cuerpo para todo y contra todo.

La capacidad destructiva de Larraín es solo comparable a su fuerza para reconstruir lo que arrasa. En pocas palabras, ‘Ema’ es una película sobre la liberación personal de una bailarina, que pudimos ver en los ultimos días de la 67 edición del festival donostiarra. En España se estrenará en enero de 2020.