En el lugar / por José Ángel Delgado.

Vuelvo de Málaga con percepciones muy positivas. Las percepciones de alguien que sueña con una mínima industria cinematográfica aragonesa. Porque tengo la sensación de que, si bien las circunstancias a veces son azarosas, no se trata de ningún espejismo lo que he visto en la decimotercera edición de este festival. Propuestas, la mayor parte de las veces, que llegan a donde llegan a pesar del escaso abono que tiene la tierra donde nacieron.

La presencia aragonesa en Málaga ha sido más que interesante, algo imposible de no percibir por parte de quien trabaje en el terreno de la creación de películas, cortas o largas.

En la sección oficial de cortometrajes fue difícil no sentir una sensación de satisfacción y camaradería al ver el inicio de los créditos del corto de Nacho Blasco y Nacho Rubio “El Sobrino”, más aún cuando se contempla como una de la producciones más espectaculares de la sección. Se acabaron los tiempos en los que los cortometrajes aragoneses que llegaban a cotas altas de participación en certámenes importantes destacaban por su creatividad pero también por su limitaciones técnicas. Se notaba entonces en la textura de la película, el grano de la emulsión, el formato, o la cantidad de rayas y partículas de polvo que acumulaba el celuloide para haber podido llegar hasta allí con una sola copia. Pero los tiempos cambian, afortunadamente.

Y cuando estaba sintiendo no haber podido coincidir con Pablo Aragüés en el pase de su corto “Las 5 muertes de Ibrahim Gonsález”, al haber llegado un día más tarde, recibo la sorpresa de que coincidiré con él en la entrega de premios, porque ha recibido la mención especial del jurado. Y Elena Anaya va y le felicita en el hall del cine.

Días antes, había asistido junto al director del Festival de Zaragoza, José Luis Anchelergues, a la producción “Fin”, un largometraje dirigido por Luis Sampieri y producido por Cierzo Films –¿alguna duda sobre el origen de la empresa?-, gracias el zaragozano Víctor Forniés. La cinta llegaba con el aval del interés suscitado en el Festival de Berlín, pero nada es fácil en ninguna sección competitiva de ningún festival, y menos aún para una película modesta en su producción. Sin embargo, su puesta en escena, su planteamiento de rodaje, su atmósfera sonora, su grandes interpretaciones y todo lo que rodea a “Fin”, auparon a su director con la Biznaga a la mejor dirección en la sección ZonaZine. Todo un éxito de un cine hecho con pasión desde una empresa zaragozana. Eso sí, no acerté a ver ningún logotipo de apoyo en los créditos. Y nos quedamos hasta el final para felicitar a Víctor y su equipo.

Mención aparte tiene la labor de Luis Alegre, que tanta conexión genera con la industria nacional desde Zaragoza, desde la organización del festival malagueño. O la de la participación de “Que se mueran los feos”, que si bien sería injusto apuntarlo como un tanto para la imaginaria industria aragonesa, sí es cierto que cuenta con el zaragozano Nacho García Velilla como director, un buen puñado de profesionales de la tierra, y localizaciones oscenses para dar y regalar. Pero más allá de su trabajo sí hay que reseñar la inclusión de un proyecto aragonés de largometraje en el Foro de Proyectos organizado por Alegre, y el premio recibido por un oscense gracias a la película de García Velilla.

Así que ahí, en el Foro de Proyectos, escuchamos al equipo de “De tu ventana a la mía”, la producción de Paula Ortiz a punto de iniciar su rodaje. Asistimos a la presentación de un proyecto potente, que genera grandes expectativas y ningún complejo, ni siquiera al estar presentado en el marco de una de las grandes citas del cine español. Se trata de un proyecto al que un gran reparto de actores españoles se ha sumado con un interesante guión como aval. Es lo que todos nos cuentan, y así lo hizo Leticia Dolera en la rueda de prensa.

Y ahí vimos el último día de la cita andaluza a Juanjo Javierre, en la presentación del palmarés del festival, otra realidad musical del panorama cinematográfico aragonés, galardonado por la mejor música gracias a “Que se mueran los feos”.

Si a todo esto sumamos la constatación del respeto y aprecio que se tiene fuera de nuestra ciudad al Festival de Cine de Zaragoza gracias al trabajo que el director y su equipo hacen en eventos como el de Málaga para beneficio de nuestra cita invernal, o la presencia de actrices zaragozanas como Ana Labordeta, el codeo en las galas con otras como Salomé Jiménez, otros como David Sancho o estudiantes zaragozanas que acuden a empaparse de cine español, vuelve uno a casa con ánimos renovados y se pone a escribir en el tren lo que se le pasa por la cabeza.

Imagen: Fotograma de «Las 5 muertes de Ibrahim Gonsález».