‘Falling’ es un íntimo retrato familiar, incómodo y formidable a partes iguales del Premio Donostia 2020, y que supone su debut como director.

Sin duda el estadounidense tiene motivos para estar contento. En ‘Falling’, Viggo Mortensen es director, guionista, productor, compositor y protagonista. Y, para colmo, todo son elogios.

Premio Donostia del Festival de San Sebastián, su ópera prima fue seleccionada por el Festival de Cannes, pero las imposiciones del Covid han hecho que termine estrenándose aquí. ‘Falling’ es la definición ideal de cine independiente, plagado de saltos temporales y alejado de etiquetas, busca hablar de los recovecos de un padre senil y misógeno. En el transcurso de la narración, la enfermedad va deteriorando la memoria, la identidad y nuestra realidad. Sin prejuicios, los personajes lo dan todo.

Una historia de padres e hijos que, anárquica, indaga en la delgada línea entre la sensatez y la simple locura, y que deja grandes interpretaciones masculinas. Lance Henriksen encarna al progenitor hiriente, abusivo e incapaz de amar. Un anciano despreciable al que cuida un hijo liberal, conciliador y gay, interpretado por el propio Mortensen.

En esta prometedora ópera prima coexiste el coste emocional de querer a alguien que no te corresponde. Una dificultad de comunicación que lleva a esta familia canadiense a responder con la misma vehemencia verbal: «Lo que siento que está pasando en nuestra sociedad en los últimos años, la polarización, la incapacidad o la resistencia que tiene la gente para comunicarse, y cómo te enfrentas a lo que ves y oyes», comentaba su director en rueda de prensa.

Un cuento íntimo y reminiscente, que le ha costado años sacar a flote. ‘Falling’ no es la historia de siempre, su ingeniosa puesta en escena supone una experiencia extenuante, solo reparada con pequeños destellos de humor. Y pese a los frecuentes flashbacks logra un equilibrio que parecía imposible.

Tras una vida vinculada al cine, Mortensen no ha perdido la ilusión y ‘Falling’ es una muestra de ello y es también un gran legado de este polifacético y comprometido artista, con un vasto mundo de recuerdos, hechos y convicciones. La película deja un buen sabor de boca y destaca en todas sus facetas, que ya tiene mérito, confirmando el inmenso talento de Viggo.

El actor, que recibe el Premio Donostia a toda una carrera, se estrena como director incatalogable. Merecido Premio Donostiasin duda.

Viggo Mortensen dando indicaciones en el rodaje de ‘Falling’.