Por Juan Diego Mora @Juandi_Mora

Con su peculiar forma de contar las relaciones humanas, François Ozon vuelve a dar muestras de su talento para abordar la sexualidad de una forma artística, pero sin huir del voyeurismo al que nos tiene acostumbrados –como en su brillante ‘Dans la maison’–.

‘Une nouvelle amie’ (Francia, 2014) narra la historia de dos personas a quienes les une una promesa. La hecha por la protagonista a su mejor amiga fallecida: velar por su viudo y su hijo. De este modo, Claire –dedicado personaje interpretado por Anais Demoustier– descubrirá que a David (Romain Duris) le gusta vestirse de mujer.

Así se iniciará una búsqueda de la identidad y la sexualidad de ambos personajes. David se siente mujer y Claire tiene sentimientos encontrados y contradictorios. Tras asimilar el brusco cambio en su relación, Claire ‘bautizará’ a su nueva amiga con el nombre de Virginia y de esta forma se iniciará un tortuoso camino.

La historia rozaría lo dantesco si no fuera por la magnífica interpretación de Romain Duris. Impecable en su transformación de resultado extravagante, pero en todo momento creíble.

Con un guión algo ‘almodovariano’, Ozon camina sobre un alambre para mostrar sin ningún tipo de prejuicio lo que quiere contar de forma franca y sincera.

Sin embargo, en ocasiones los giros de la trama son innecesarios y no llevan más que a dar vueltas sobre la relación entre los protagonistas acercándose al morbo del que el director intenta huir en todo momento. A pesar de esto, la cinta entra en un ritmo frenético en su último tramo (como ya hiciera el director en ‘Dans la maison’) acercándose al thiller y dejando buen sabor de boca al espectador.

Un film valiente –como todos los de Ozon– con un Duris brillante y una nueva muestra de un director con muchísimo talento que consigue que el exhibicionismo y el voyeurismo no sean burdos y convierte la vergüenza del espectador ante el pudor en un arma.

Imagen: Anaïs Demousteir © Festival de Cine de San Sebastián / Gorka Estrada