Por Juan Diego Mora @Juandi_Mora

Todo comienza con el llanto de un indefenso cachorro de perro apaleado y abandonado en un cubo de basura. La película se inicia con el miedo desde el interior de la oscuridad. Como epílogo a la atmósfera que se verá durante las dos horas que continúan.

‘The drop’ (Michael R. Roskam, EEUU, 2014) es un acertado thriller que lleva a la pantalla un relato del grandísimo escritor Dennis Lehane. La historia de un reservado camarero de un bar de Brookyln a quien le cambia la vida al rescatar al pequeño animal.

Tras mostrar su talento con ‘Bullhead’ (Belgica, 2011), Michael R. Roskam se lanza a hacer las Américas con una película pausada donde la fuerza de los diálogos es tan importante como lo que estos insinúan. El director crea una atmósfera nebulosa donde la mafia controla el negocio de Marv tapadera de las apuestas ilegales.

Además de por el guión, la película destaca por la gran pareja interpretativa que tiene al frente. Tom Hardy construye un personaje brillante interpretando a Bob. Lejos de los papeles de héroe de acción, el actor norteamericano está consolidando su carrera eligiendo bien sus trabajos –como su actuación en ‘Locke’– y mostrando su capacidad de perfilar papeles dramáticos con solvencia. En ‘The drop’ borda al hermético camarero en una actuación sostenida y con muchos matices.

Por su parte, James Gandolfini –en el papel de Marv– nos regalará grandes frases en el que fue su último papel en el cine. Con un pasado turbio, el personaje tendrá claroscuros que harán que la historia crezca y la haga despegar huyendo del ritmo pausado de la primera hora de metraje.

La actuación femenina llega por parte de Noomi Rapace que realiza un papel correcto, pero no consigue hacer olvidar a la rebelde Lisbeth de ‘Millenium’.

A este dúo es necesario unir el personaje ‘robaplanos’, un adorable cachorro boxer que pone la nota dulce al film.

Buenas actuaciones, historia bien narrada, atmósfera oscura y un brillante final es lo que nos regala ‘The drop’, una de las gratas sorpresas del Festival de San Sebastián.

Imagen: fotograma de ‘The drop’