Por Juan Diego Mora

Hace tiempo que dejé de escuchar aplausos en el cine. No comprendo por qué si se hace al aterrizar un avión de una compañía no tras una buena película. Sin embargo tras el  fundido a negro final de ‘La vida inesperada’ el cine Albéniz estalló en aplausos. Buen aterrizaje Nueva York-Málaga de la película protagonizada por Javier Cámara y Raúl Arévalo.

Y mira que el día empezó mal. La lluvia hizo su aparición estelar por la mañana. No quería ser menos y se hizo notar el día de la clausura. Los paraguas cubrían la plaza del Teatro Cervantes vistiéndola de gala a topos multicolores. Un look muy andaluz.

Entre agua y color presentaba Emilio Aragón su segunda película como director, ‘Una noche en el viejo México’, una road-movie donde un hombre y su nieto buscarán su lugar en el mundo. Una película con altibajos donde destaca el veterano Robert Duvall y la banda sonora. Notable trabajo americano de Aragón.

Mientras tanto en los cines Albéniz un caudal de personas hacían cola a pesar de la inclemencias tanto para conseguir una entrada como para entrar a las salas. A mí me toca esperar paciente. ‘Purgatorio’ es mi segunda parada del día tras viajar a México con Duvall y Tosar. Me encuentro una película inquietante, de bajo presupuesto y con una gran Oona Chaplin –que estoy seguro que  se hará un sitio en nuestro cine–.

Mi viaje termina con ‘La vida inesperada’. O lo que es lo mismo, con buenas sensaciones. Con una película hecha para reír y llorar. Para disfrutar de dos de los mejores actores de nuestro país. Para salir del cine con una sonrisa. Para aplaudir cuando la sala queda a oscuras.

Termina una semana de cine. El Festival de Cine de Málaga llega a su fin. Entre aplausos.

En la imagen, fragmento del cartel de ‘La vida inesperada’.