Costa Gavras ha firmado una película llena de tópicos con una trama previsible y que no aporta ni en el lenguaje cinematográfico ni en el argumento absolutamente nada. Con diálogos y secuencias muy evidentes que dejan al desnudo la arquitectura de un guión nada novedoso donde los malos son muy malos y los buenos muy buenos. Tensión fílmica sí, sobre todo en el última parte pero, carajo, que estamos en la sección oficial de uno de los festivales más importantes del mundo y eres Costa Gavras.

Sinopsis: La historia del imparable ascenso de Marc Tourneuil, un prescindible sicario del Capital que se convierte en su indiscutible amo y señor. En palabras del director: «Somos esclavos del Capital. Nos tambaleamos cuando se tambalea. Nos regocijamos cuando crece y triunfa. ¿Quién nos liberará? ¿Deberíamos liberarnos nosotros? Deberíamos conocer al menos a los que lo sirven y cómo lo hacen».

Por Fernando Vera