Por Estela R. Feijóo

Tras ocho intensos días de cine, esta noche llega a su fin la 65 edición del Festival de San Sebastián. Un festival que deja tras de sí cientos de horas de metraje inéditos, entre ellos algunos con aire muy aragonés, como ‘ANÁLISIS DE SANGRE AZUL’, co-dirigido por la cineasta zaragozana Blanca Torres; ‘BUÑUEL EN EL LABERINTO DE LAS TORTUGAS’ de Salvador Simó y con la participación de Aragón TV, que narra el rodaje de ‘TIERRA SIN PAN EN LAS HURDES’ del emblemático Buñuel; o el documental ‘SAURA (S)’, sobre la figura del cineasta aragonés.

Pero la representación de nuestra tierra no acaba ahí. Son muchos los aragoneses que, ya sea por disfrute personal o por interés profesional, han acudido a la capital guipuzcoana para aprovechar todas las oportunidades que ofrece Zinemaldia.

Este es el caso de Fernando Gracia Guía. El conocido cinéfilo y crítico de cine es un asiduo al festival y reconoce que es el lugar idóneo para estar al tanto “de los derroteros de la producción cinematográfica”. Gracia añade que “con sus pros y sus contras, y gracias sobre todo a su impagable sección de ‘perlas de otros festivales’ es lo más aproximado que puedo encontrar a mi alcance para medir el momento del cine. Y si de paso me tropiezo con algo de glamour y calmo mi modesta mitomanía, mejor que mejor”.

Destacable es también la presencia de Mirella R. Abrisqueta, realizadora, productora y directora de Sintregua Comunicación, que como bien nos explica, “si estás trabajando en el desarrollo de un documental, escuchar a otros directores y productores exponer su proyecto es una experiencia muy interesante porque te permite aprender sobre el tuyo propio. Disfrutar de una serie de pitchings como los organizados por Ibaia te permite hablar, por ejemplo, con el responsable de compras de documentales en TVE (algo muy difícil si eres una productora de Zaragoza, pero necesario si quieres presentar un proyecto a la mesa de compras de la cadena)”. Y es que esa es una realidad que no podemos obviar: “Cuando trabajas en ‘provincias’, yo creo que estás más obligado aún a moverte, a acudir a festivales, mercados… que otras productoras, porque a ti los ejecutivos no te conocen personalmente ni tu trabajo. Necesitas ganarte su confianza, y sin esa confianza no van a invertir en tus proyectos”.

Sobre este punto opina asimismo la realizadora y productora Elena Cid. Con un gran currículum y experiencia en el mundo audiovisual, reconoce que a pesar de las dificultades propias del sector, el haber coincidido con compañeros aragoneses en su primera visita ha supuesto un apoyo y una ayuda a la hora de moverse por el festival. Tanto que no duda en afirmar que espera que este sea el primero de muchos: “Ha sido el primer año que he podido ir al festival de San Sebastián y a partir de ahora espero ir todos los años. Es el lugar perfecto para disfrutar de un cine único y además se complementa con la parte de industria, donde te reencuentras con compañeros y conoces a gente nueva, todos con el punto común de amor por el cine”.

Paseando por las calles de la ciudad o en cualquiera de las innumerables proyecciones, podremos encontramos con Fernando Vera. El realizador zaragozano, autor de cortometrajes como ‘ONDAS’, ‘SABAH’ o ‘ROBARTE UNA NOCHE’, convirtió San Sebastián en su lugar de residencia hace años. Gran conocedor de los entresijos del festival, no duda en destacar la que para él es una de sus mayores virtudes: “Zinemaldia guarda un buen equilibrio entre la oportunidad de mercado que ha de ser un festival de cine y el puro disfrute de películas que no pasarán nunca por cartelera. Alrededor de las 30-40 proyecciones que hay cada día, un profesional de cine puede encontrar aquí foros de producción, encuentros con productores, con otros cineastas, prensa especializada… y todo en una preciosa ciudad que durante estos ocho días se vuelca con el cine, lo respira”.

Y un nombre que no podemos olvidar es el de Plácido Sánchez. El realizador es un habitual en San Sebastián desde hace más de 10 años. Cuando le preguntamos qué significado tienen para él aquellas primeras visitas, lo tiene claro: “Vi un universo cinematográfico a todos los niveles que me recordaba a otros festivales a los que ya asistía (en España y en el extranjero) pero que incluso los superaba. Es un escaparate universal, global y cosmopolita”. De esos años surgió una relación que con el tiempo no ha hecho más que afianzarse. “Mi vínculo con el festival me aporta luz y horizonte en mi humilde relación con el universo cinematográfico. Lo que te ofrece y lo que aprendes, compartes y vives es, para mí, con diferencia y por muchos motivos, mi mejor experiencia, por lo que soy asiduo y repito desde hace muchos años”.

Y quizás esa sea la magia que tiene el Festival de San Sebastián, la que anima a tantos aragoneses a guardar cada año unos días en septiembre para viajar hasta allí y dejar un poco de nuestra tierra en él. Un horizonte que nos une y en el que esperamos seguir viendo rostros conocidos.

Imagen: El Kursaal (por Zinexín)

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