Por Juan Diego Mora @Juandi_Mora

«Antonio, tú y yo nos casamos para dormir siempre en la misma cama», explica Felisa a su marido. Antonio y Felisa son dos octogenarios de un pequeño pueblo de Teruel. Llevan más de 50 años juntos. Durmiendo en el mismo catre. Juntos. Los dos.

Sin embargo, una notificación de correos amenaza su apacible vida en Muniesa. Los servicios sociales les han concedido una plaza en una residencia de ancianos. Y Felisa no está por la labor.

‘No todo es vigilia’ es una entrañable historia de dos ancianos. Una película sobre lo cotidiano. Sobre la historia de amor de dos personas. Sobre los recuerdos juntos.

El director, Hermes Paralluelo, cuenta la historia de sus abuelos. Pero también muestra como con poco presupuesto se pueden contar cosas. Dos localizaciones y dos actores amateur (a pesar de la edad). La coproducción hipano-colombiana fue acogida con agrado en la categoría de Nuev@s Director@s del Festival de San Sebastián, siendo una de las mejor valoradas por el Jurado Joven del certamen.

Felisa ve la muerte cerca. Sin miedo. Como algo que tiene que ocurrir más pronto que tarde. Por ese motivo no se quiere sentir sola. No concibe la idea de que Antonio esté lejos de su lado cuando llegue su último aliento. Su marido, por su parte, quiere cambiar a mejor, pero no sin ella. Por este motivo la cuidará a pesar de ‘las malas pulgas’ de su ‘parienta’.

Una pequeña historia convertida en una buena película. Una muestra de estilo del director y una entrañable actuación que crea una sensación de honestidad al salir de la sala de proyección.

Imagen: Los protagonistas de ‘No todo es vigilia’ © Festival de Cine de San Sebastián / Montse Castillo