Por José Ángel Delgado

Para todos los amantes del cine en Aragón la de ayer fue una noche muy especial, en la que lo de menos eran las habituales valoraciones sobre el ritmo o calidad de la gala de los Goya. El equipo de «DE TU VENTANA A LA MÍA» consiguió que todos estuviéramos pendientes de lo que allí iba a suceder. Y como éramos conscientes de la dura competencia, aunque suene a tópico, decir que lo del premio fue lo de menos es en esta ocación más cierto que nunca.

Y, por otra parte, nos vamos también con la alegría del Goya compartido por la empresa aragonesa Entropy en la categoría de efectos especiales, para la gran competidora de la cinta de Paula Ortiz, «EVA».

Siempre que escribo sobre cine y Aragón, tengo la sensación de caer en un aragonesismo carente de sentido en algo tan global como el cine, pero sigo haciéndolo porque, en definitiva, se trata de hablar de un círculo de trabajo próximo a mí y a quienes me rodean en este medio. Y como Segura vino a decir en la gala, esto funciona en un cierto grago por círculos de influencia. Por eso, muchos seguiremos siguiendo esta frágil realidad del cine aragonés. Tengo la sensación de que si «SOLAS» marcó una nueva etapa en el sector industrial y creativo andaluz, la película de Paula puede suponer algo que se le parezca para los que trabajamos desde Aragón abiertos al mundo.

En la imagen, parte del equipo de «DE TU VENTANA A LA MÍA» /  Fuente: Carlos Gurpegui (Facebook)